- Ángel Alarcón
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Hola amigos, abordemos por unos instantes unas pequeñas reflexiones en torno a lo que a nivel del trabajo diario nos encontramos y que nuestros clientes denominan como “¡¡URGENTE!!”
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La vitola de Urgente es algo que vamos a requerir de algún servicio o producto, y que necesitamos obtener en el menor tiempo posible. ¿Por qué cada vez nos encontramos con un mayor número de clientes que utilizan en una mayor cantidad el requerimiento a su pedido de Urgente? Está claro que el desarrollo, la industrialización y los avances tecnológicos facilitan una mayor producción. Por ende, este desarrollo conlleva menores tiempos en suministros y tiempos de fabricación y servicio. Entendemos entonces, que lo que hacía años atrás costara fabricar, por poner un suponer, 10, ahora cueste 5, al disponer de mejores herramientas y procesos de fabricación. Está claro que hemos acortado los tiempos de fabricación y entrega de productos y servicios. Pero esto lo tenemos que asumir con normalidad y no es lo que nos crea el stress de la urgencia. Lo que intentamos analizar es por qué cada vez más clientes piden Urgente. Creo que el factor que más influye en este problema es la falta de previsión. |
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Vamos a dar por hecho que cualquier trabajo puede tener un determinado porcentaje de urgencias (excluimos los trabajos que en sí siempre suelen tratar urgencias, como puedan ser las Urgencias de carácter sanitario), y en base a eso, analicemos las urgencias que nos vienen y que en realidad se producen por:
- - Falta de previsión de nuestro cliente, o de los clientes de nuestro cliente.
- - Fallo en algún proceso del trabajo, que hace que se produzca la urgencia por retraso
El primer caso, por desgracia, se constituye como la causa más generalizada, y lo verdaderamente importante en todo este tema, es que la generalización de la urgencia provoca un elevado stress en el trabajo, un aumento de la probabilidad de errores y fallos en la ejecución, dados por la premura, un descontento general en la cadena productiva y cualquier otro tipo de desorden.
¿Cómo parar los pies al aumento de urgencias?
Partimos de la base de que la urgencia siempre va a existir, puesto que hay multitud de circunstancias que la van a propiciar, pero ¿qué medidas debemos de tomar para que este tema no nos llegué a provocar problemas que pudieran ser muy importantes?
Las crisis económicas que hemos sufrido, ha ayudado a potenciar las peticiones de trabajos urgentes, dado que estos los asumíamos al mismo precio que un trabajo que no fuera urgente. La flojedad de los pedidos que se recibían permitía realizar los trabajos con una rapidez inusitada, puesto que la cola de trabajo se reducía a la mínima expresión, en función a la menor entrada de pedidos que conllevó la crisis económica.
Entiendo que la mayoría de las empresas pasamos por la crisis y tuvimos que tomar las medidas necesarias para adaptarnos al cambio. Una vez hecho esto, y cuando la entrada de trabajo se regulariza a unos parámetros normales, debemos de tomar medidas en contra de la entrada de trabajos Urgentes.
Les insto a que realicen la siguiente prueba: a los trabajos que les entran con pedido de Urgencia, remitan a su cliente que al ser Muy Urgente, tendrán que cobrar un porcentaje, que por otra parte siempre ha existido, para aplicar a los trabajos que son muy urgentes, y que hace que ese trabajo se cuele delante de otros trabajos que llegaron antes que él.
Se sorprenderán del porcentaje tan alto de estos trabajos que se piden con urgencia, que preferirán esperar, a que se les aplique el porcentaje de subida por urgencia. Sólo las verdaderas urgencias pagarán, sin importarles este sobrecoste, el porcentaje de urgencia
En conclusión, plantéese el incorporar a sus tarifas porcentajes de subida por la realización de trabajos urgentes. Verá como su trabajo y su clientela regulariza la situación de los pedidos urgentes.
¡Ante la Urgencia, Tarifas de Urgencias!
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